Las enfermedades no transmisibles (ENT) suelen ser condiciones de salud de larga duración, resultado de determinantes sociales, factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales. Debido a la adquisición de hábitos poco saludables y al importante cambio demográfico, que evidencia un incremento de la proporción de personas mayores, ha aumentado la prevalencia de ENT y el número de muertes que generan. Por esto, constituyen uno de los principales desafíos sanitarios
del siglo XXI, tanto en los países de mayores ingresos como en aquellos en vías de desarrollo, por su gran impacto a nivel individual, en los sistemas de salud y en la economía nacional.