En la actualidad, los daños que sufren los pacientes a causa de una atención poco segura constituyen un desafío
importante y creciente para la salud pública mundial y son una de las principales causas de muerte y discapacidad
en todo el mundo. La mayor parte de estos daños son evitables. Ahora que los países se esfuerzan por alcanzar la
cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los efectos beneficiosos de un mayor acceso
a los servicios de atención de la salud pueden verse socavados por una atención poco segura. Los incidentes
relacionados con la seguridad de los pacientes pueden causar muerte y discapacidad, así como sufrimiento a
las víctimas y sus familias. Los costos económicos que conllevan los fallos de seguridad son elevados. A menudo
se reduce la confianza del público en los sistemas de salud locales cuando se dan a conocer estos accidentes.
El personal de salud implicado en sucesos graves que implican la muerte o un daño grave a un paciente
también puede sufrir un deterioro psicológico duradero y sentimientos de culpa y autocrítica muy arraigados