En 2015, el 26% de los decesos de 5,9 millones de niños que murieron antes de cumplir los cinco años podría haberse prevenido
abordando los riesgos medioambientales; una impactante oportunidad perdida. El período prenatal y de la primera infancia
representa un escenario de particular vulnerabilidad, donde los peligros medioambientales pueden conducir al parto prematuro y otras complicaciones, y aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad de por vida, como enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares y cáncer. De este modo, el medio ambiente representa un factor importante en la salud infantil, así como una gran oportunidad de implementar mejoras, con efectos observados en cada región del mundo