Las tendencias demográficas actuales determinarán las futuras características de la población. El carbono expulsado hoy a la atmósfera definirá el clima del mañana. Las tecnologías que hoy desarrollamos y controlamos no solo influirán en la forma de aprender, trabajar y comunicar de las futuras generaciones, sino también en el bienestar de la infancia durante las próximas décadas.
Conforme el primer cuarto del siglo XXI llega a su fin, el Estado Mundial de la Infancia 2024 ha decidido mirar hacia adelante y situarse en el año 2050. Y plantea la siguiente pregunta: ¿cuál es la mejor manera de lograr un futuro donde todos los niños y niñas disfruten de sus derechos? ¿Cómo podemos construir un mundo donde todos puedan sobrevivir, prosperar y desarrollar plenamente su potencial?
El informe examina tres megatendencias o grandes fenómenos mundiales y a largo plazo que tendrán importantes efectos sobre las vidas de los niños y niñas de aquí a 2050: los cambios demográficos, las crisis climáticas y medioambientales y las tecnologías de vanguardia. Si entendemos estas tendenciasy lo que implican para la infancia, comprenderemos mejor los retos y las oportunidades que se nos pueden presentar.