En mayo de 2015, la 68.a Asamblea Mundial de la Salud reconoció la importancia del problema de salud pública que supone la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y adoptó un Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos (en adelante, el ‘Plan de acción mundial’) que propone intervenciones para controlar dicha resistencia, y en particular para reducir el uso innecesario de antimicrobianos en el ser humano y los animales