La respuesta a los brotes de cólera suele centrarse
en los aspectos médicos que son importantes para que disminuya la mortalidad. Sin embargo, para limitar la propagación de la enfermedad se necesita una respuesta más integral. Dado que la respuesta a los brotes a menudo la dirigen profesionales médicos, pueden quedar desatendidos otros aspectos tales como las cuestiones medioambientales o de comunicación.