En el año 2020 se registró una muerte materna cada hora en América Latina y el Caribe (ALC). Ese mismo año, la tendencia de la razón de mortalidad materna (RMM) en la Región de las Américas retrocedió de manera alarmante e inaudita a los niveles de hace veinte años. Estas cifras no solo implican un empeoramiento en los resultados, sino una profundización de las desigualdades, lo que representa miles de tragedias individuales e inaceptables que en la mayoría de los casos serían evitables. La muerte materna es el resultado de un proceso multifactorial donde interactúan elementos estructurales como el sistema económico, las condiciones ambientales y la cultura. Además, intervienen otros factores relativos a la desigualdad social, como el racismo, la pobreza, la desigualdad de género y la falta de acceso al sistema educativo